lunes, 7 de septiembre de 2015

6 razones por las que has de ver Barakamon

¡Muy buenas a todos, aquí Nami!
 
Hoy os vengo a hablar de Barakamon, un anime que se estrenó en 2014 pero que tenéis que verlo os lo recomiendo completamente.

Barakamon es un anime del tipo slice of life que nos cuenta cómo Seishu Handa, un reconocido calígrafo, acaba en una islita de Japón para buscar inspiración, tras haberla pifiado dándole un bofetón al director de una exposición que criticó sus obras por ser demasiado convencionales. A partir de entonces, veremos cómo es la adaptación de Handa al pueblo, qué efecto tienen sobre él las personas que conoce y qué necesita para hallar la inspiración.

¿Por qué me gustó Barakamon? Aquí mis motivos:


1-    Barakamon promete comedia y lo cumple. Es fácil reírse con situaciones del tipo “Handa-enfrentándose-a-la-realidad-del-campo” y “Handa-enfrentándose-a-la-que-han-liao-los-vecinos”. Las situaciones que se crean no son previsibles ni las típicas de siempre, así que punto a su favor.
2-    El género slice of life en principio me echa bastante para atrás y me acaba aburriendo (algún día hablaremos de mi decepción con Suisei no Gargantia), sin embargo, tras cada capítulo de Barakamon me apetecía ver el siguiente, y eso se debe a que a pesar de que sea un anime de comedia, el argumento es bueno.
3-    Es un anime simple, pero en eso precisamente está su encanto. No es simplemente comedia, sino que para mí, toca temas tan profundos como la inspiración, la importancia que le damos a cosas que no la merecen, el sentido de la competitividad, la naturalidad y… bueno si es que el opening ya empieza con un “¿qué significa ser tú mismo?”.

4-    Absolutamente todos los personajes me caen genial y en el fondo todos son un amor: Handa, el huraño hot, Naru, la niña achuchable que contagia felicidad, y personajes secundarios a los que también se les coge cariño, como la amiga kawaii de Naru con cierta fobia social, una mangaka que intenta esconder sus gustos de fujoshi, el representante de Handa y la típica abuela que llega al sarao, suelta una frase lapidaria y se larga.
5-    La adaptación al pueblo. Ojalá mi padre también me “obligue” a irme a vivir a un pueblo donde cada vecino con el que me cruzo es más amable y generoso que el anterior. Si llegase Handa a cualquier pueblo de España, acabaría siendo “El Raro” oficial, sin embargo en Japón aceptan con los brazos abiertos a esa persona arisca, que llega pensando que está en el culo del mundo y que toda esa gente habla raro. Y además le llaman “Sensei”.

6- Su duración la considero adecuada: 12 capítulos (¿He oído maratón?). Ni hay capítulos prescindibles ni el final se nota forzado, así que 12 capítulos son los justos.




Por último, tengo que añadir que vi este anime cuando tuve neumonía. Y, qué queréis que os diga, a mí me hizo feliz, me hizo reflexionar, me hizo reír y me motivó para luchar por mis sueños (si es que de solo ver a Handa escribiendo ya dan ganas de coger el pincel). Así que, querido/a lector/a, dale una oportunidad a Barakamon, un anime sencillo, pero no vacío, que tras cada capítulo te dejará con una sonrisa en la boca.

¡Hacedme saber vuestras opiniones aquí abajo! ^__^

-Namidere

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