domingo, 27 de septiembre de 2015

Memento: una película para recordar.

Muy buenas a todos gente, Paul al teclado.

Memento. La película que todo el mundo debería haber visto mínimo un par de veces. Un imprescindible thriller que gracias a un diabólico guión desarrolla una trama que comienza por el final y se mueve hacia atrás en el tiempo. Una obra de culto, que también exige atención y trabajo mental por parte del espectador, que no puede limitarse al rol de receptor pasivo de lo que sucede en la pantalla. Una película que, gracias a su final abierto, puedes visionar media docena de veces y aún así enfrascarte en un animado debate en internet con otro cinéfilo sin llegar a un acuerdo sobre su trama.





El título, Memento, está basado en la locución latina "memento mori", es decir, "recuerda que eres mortal", una forma que tenían los romanos de rebajar la soberbia de sus generales y emperadores recordando que pese a todo, somos humanos y mortales, no dioses. Recuerda. Justo lo que no puede hacer el protagonista de la película, Leonard (Guy Pierce), que tras la violación y asesinato de su esposa sufre amnesia anterógrada, siendo incapaz de almacenar nuevos recuerdos, perdiendo así la memoria a corto plazo. Para paliar esto, utiliza un sistema basado en fotografías y tatuajes para recordar la gente con la que se relaciona, dónde vive y demás cosas cotidianas, todo con el fin de encontrar al asesino de su esposa.    




Para mí, lo mejor de la película es la capacidad de Christopher Nolan para transmitirle al espectador el desasosiego y la confusión que sufre Leonard debido a su enfermedad, ya que la verdad no la sabremos hasta el final de la película por boca de Teddy (Joe Pantoliano), quien se aprovecha de la condición de Leonard para manipularlo a su favor. 



También soberbias las interpretaciones de Carrie-Anne Moss (para mí, mejor que su Trinity de Matrix) y Stephen Tobolowsky, que interpretan respectivamente a Natalie, una mujer que se hace amiga de Leonard y le manipula pero también le ayuda al final (cosa que tiende a ser olvidada por los espectadores por el pelicular desarrollo de la trama) y a Sammy Jankis, un antiguo cliente de Leonard al que nunca creyó, que sufría la misma enfermedad que el protagonista y que creían que era inventada por él o exclusivamente de índole psicológica.



En resumen, una película de culto, para muchos (me incluyo) la obra maestra de Nolan (que en futuras películas abusaría demasiado de las sobreexplicaciones) mientras que aquí no subraya ni explica nada, simplemente se limita a enseñarnos los hechos para que seamos los espectadores los que saquemos nuestras propias conclusiones.

Imprescindible verla más de una vez.

Y a vosotros, ¿os gusta Memento tanto como a mí?


Un saludo,

-Paul J. 

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