viernes, 26 de febrero de 2016

REVIEW→ Vikings 4x02. King Egbert strikes again.

¡Aquí tenéis el segundo post del día!

Al igual que la semana pasada y a causa de los días de emisión de Boku Dake y Vikings, hemos decidido que a partir de ahora, casa viernes tendréis doble post. Así pues, vamos allá.

Este capítulo ha estado muy centrado en cómo se van desarrollando las cosas en Wessex y París, y no ha salido Lagertha, algo que me ha desilusionado un poco después de la última escena que vimos de ella la semana pasada.



¡Vamos pues con la review del 4x02!



Vemos algunas escenas sueltas de Björn. Avanzando por un paisaje totalmente nevado, incluso con una tormenta de nieve que amenaza con dejarlo enterrado. Llega a la cabaña que le mencionó a Ragnar en el 4x01 y a partir de ahí vemos un par de escenas más: como rompe el hielo para pescar, monta los anzuelos... Pero nada destacable por ahora.

Por otra parte, Helga deja escapar a Floki, por lo que la mitad de Kattegat va en su busca. Ragnar va a hablar con Helga y le pregunta si ha sido ella la que lo ha liberado. "No lo sé, quizás." le contesta ella, a lo que Ragnar responde con un "No te lo reprocho, era tu deber como su esposa." Su conversación profundiza más, hasta que Ragnar le dice que Floki sólo se quiere a sí mismo, y que ella, como su esposa, es la que más debería saberlo. Después de eso, le deja comida para pasar el invierno y se marcha.

¿En verdad Floki sólo se quiere a sí mismo? No sé hasta qué punto es cierto eso, puesto que él siempre alega haber actuado según la voluntad de los dioses. Y si lo pensáis bien, Floki mató a un cristiano entre vikingos, y a nadie se le castiga por ello, según le recuerda Aslaug a Ragnar en otra escena. Y él le responde pegándole dos bofetadas que la tiran al suelo. Mira, Ragnar. Aslaug tendría que ser como Lagertha y arrancarte los huevos ahí mismo, porque estás empezando a caerme bastante mal.

Cuando los que buscaban a Floki lo encuentran (concretamente, lo encuentra Ubbe, el hijo mayor de Ragnar) el rey ordena que lo aten, nada más vestido con un taparrabos, con los brazos extendidos dentro de una cueva, en una imagen que no puede recordarme más a la crucifixión. Al fin y al cabo, ¿qué podía darle más rabia a Floki que morir como el mesías cristiano? Pocas cosas. Quizás la muerte de su hija, de la que todavía no tiene ni idea. Nos enteramos de la noticia cuando vemos, en otra escena, a Ragnar visitando a Helga y la encuentra llorando e intentando cavar una tumba. Él parece consternado por la noticia, y se pone a cavar él mismo a pesar del dolor que todavía padece. ¿Tanto se preocupa ahora por Helga y la muerte de Angrboda, cuando le acaba de pegar una paliza a su mujer?

Aquí Floki rezando un Padre Nuestro.
Por otra parte, en Francia, vemos a Rollo enseñándole a Odo cómo combatir los barcos vikingos. Rollo, para. En serio. La broma está durando demasiado. Además, también le cortan el pelo y lo visten con ropas de noble francés, algo que a él le parece bastante incómodo por la forma en que las lleva. Y cuando la princesa lo ve, se rie, y él frunce el ceño, triste.

Vale, odio a Rollo y el odio que siente por su hermano Ragnar, pero verlo sólo, vulnerable, rodeado de gente a la que no conoce riéndose de él me ha roto un poquito el corazón.

Además, también descubrimos que la mujer que se deja azotar por Odo, en verdad lo que quiere es delatarlo, decirle al rey que sólo quiere usurpar el trono (al parecer el plan lo comparte con uno de los guardias/consejeros del rey, con el que también está liada).

Y pasamos entonces a Wessex, donde han ocurrido dos cosas importantes: el hijo del rey ha ido a Mercia a rescatar a Kwenthrith a Mercia porque los nobles se han rebelado contra ella y la han encerrado en una torre junto a su hijo Magnus. Consigue llegar a ella después de que la mujer pelee como una fiera contra dos soldados para salvar su vida y la del pequeño.

Por otra parte, el rey habla con la esposa de su hijo, Judith, preguntándole "¿qué quieres para sentirte feliz?" A lo que ella responde que quiere ser ilustradora, y ríe al saber que es imposible que el rey le conceda su deseo, puesto que en aquella época se consideraba inmoral que una mujer tuviera esos conocimientos como para escribir e ilustrar las escrituras sagradas.

Pues bien, el rey, por sus santos cojones cara bonita, contrata a un ilustrador francés para que sea el mentor de Judith. Al principio él se niega, pero el rey lo acompaña a ver al Obispo que, tras una mirada fulminante de Egbert, lo convence para que enseñe a Judith lo que ella desee. Y es entonces cuando la vemos sonreír de alegría de verdad, al sentirse libre. 


El rey Egbert pidiéndole muy amablemente al Obispo que
convenza al ilustrador. 


No sé qué pretende Egbert en verdad al tratar tan bien a Judith, porque conociéndolo, dudo muchísimo que lo haga desinteresadamente, pero parece que tendremos que esperar un poco más para conocer sus planes.

¿Os ha gustado el capítulo de esta semana? ¿Qué creéis que pasará al final con Floki? ¿Lo dejarán morir ahí? ¿Rollo cogerá un hacha y se vengará de todos los que se rieron de él? ¡Os espero la semana que viene para comentar el siguiente episodio!

—Amonet. 



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