miércoles, 4 de mayo de 2016

FANFIC→ "Knots" — by SadLadyBug [3.5]

¡Hola a todos y bienvenidos al blog! Os traigo como cada martes el fanfic de Inuyasha. Os anuncio que en tres semanas lo habremos acabado. ¿No echaréis de menos a Rin? ¿No le pegaríais una colleja a Sesshomaru para que fuera un poco más abierto con la pobre muchacha? YO SÍ.


Mi pareja favorita siendo adorables, autor aquí. 

(Paso más tiempo buscando fanarts que estudiando, pero no me arrepiento de nada)

Así pues, ¡vamos con el fanfic!

Knots — by SadLadyBug

Capítulo 3.5

El bosque está iluminado por la suave y dorada luz del sol, y los pájaros revolotean sobre ella en las copas de los árboles. El camino ante la joven es recto y bonito, y avanza por él, tarareando mientras pasa el tiempo. Se está muy bien aquí, piensa. Me es familiar, agradable. Sus pies no tienen prisa y su cabeza está despejada. Conoce ese camino, lo podría recorrer eternamente. 

Lo sigue por una curva, hipnotizada por las sombras danzantes de las hojas. Y cuando gira la curva, de pronto el camino se divide en dos, desprendiéndose como las ramas viejas de su árbol favorito en el bosque de Inuyasha. Sus pies se afianzan en el suelo. Algo no va bien. Los caminos no parecen distintos el uno del otro, pero siente en su interior que sólo hay una opción correcta. Le echa un vistazo a cada uno, intentando ver más allá, pero sin éxito. 

Un destello blanco y plateado llama su atención, y su cabeza gira inconscientemente hacia la derecha.

Levanta una mano para cubrirse los ojos de la luz y fija la vista. Ahí. Una figura familiar está de pie en el centro del camino, como una estatua, reluciente en contraste con la oscuridad del bosque. El corazón de la joven se acelera y lo llama.

¡Lord Sesshomaru!

Él la ve, ella lo sabe. Pero en lugar de acercarse, se da la vuelta y se aleja, con su cabello ondeando tras él mientras camina más y más lejos. Ella intenta seguirlo con sus piernas de niña pequeña, pero el paso de él es demasiado constante y sus piernas más largas que las de Rin. 

¡Espere! ¡Espéreme!

Las palabras arden en su garganta, pero él sigue sin oírla. Intenta acelerar pero unas cadenas negras aparecen de la nada y se enroscan en sus tobillos, impidiéndole seguir caminando. Cuando se gira para quitárselas, ve a los gemelos de Sango tirando de los extremos, con grotescas sonrisas en sus rostros. Les grita que la suelten, pero no le hacen caso. 

Y por la agitación, no se ha dado cuenta de que Kaede se ha acercado a ella con una cesta llena de flores amarillas en sus brazos. Comienza a colocar dichas flores en el cabello de Rin, pero... No es posible que sean flores, son demasiado pesadas, y la pequeña cae de rodillas en cuanto el peso es más del que puede soportar. Le suplica a Kaede que pare, pero la cesta parece no tener fin y continúa sacando una flor tras otra, como si no oyera a la chica gritarle. Y justo cuando cree que va a morir aplastada contra el suelo, lo llama una última vez para pedirle ayuda — porque él siempre acude cuando ella lo necesita, siempre — y se siente aliviada al ver que finalmente se da la vuelta para mirarla. 

Mirarla con unos ojos llenos de desaprobación y disgusto. Y hay burla en su voz cuando sus labios pronuncian su nombre. 

Rin. 

Ella quiere explicárselo todo, pero las palabras se atascan en su garganta. No, no sus palabras. Tose, con la boca llena de algo denso y con enredos. Mete una mano en su boca y con horror ve cómo de ella salen largos mechones de cabello plateado, infinitos y enredados, que la ahogan...

"Rin."

Parpadea, despierta, cogiendo aire de repente. Su corazón palpita tan fuertemente que amenaza con salírsele del pecho mientras sus ojos buscan algo en la oscuridad de su habitación. Pasa un momento de confusión hasta que, palpando a su alrededor, nota la suavidad de sus cálidas sábanas. La inunda el alivio.

Se pasa una mano por la cara para despejarse. Ha sido todo un suelo. 

Y entonces el suelo cruje.

La adrenalina inunda sus venas y de pronto se siente más despierta y alerta que nunca. Se incorpora en un movimiento rápido, cayendo las sábanas hacia su cintura. Sus ojos inspeccionan en la oscuridad, pero no ve nada.

"¿Hola? ¿Hay alguien ahí?" Cuando habla, se odia a sí misma al darse cuenta de que le tiembla la voz. Le enseñaron a ser más valiente.

Pasa un segundo. Dos. Se siente ridícula: la cabaña es vieja, la madera se astilla. El sueño la ha hecho imaginarse cosas irreales.

Casi se tumba de nuevo cuando un suave y misterioso brillo verde aparece en un rincón de la habitación. Instintivamente retrocede un poco, pero para cuando sus ojos se adaptan mejor a esa escasa luz y ve unas garras que le resultan familiares. Y una muñeca con rayas rojas. Y unos ojos dorados que se fijan en la pared a su izquierda.

Su corazón da un salto de nuevo, pero no por miedo esta vez. "...¿Lord Sesshomaru? ¿Es usted de verdad?"

Un sutil movimiento de la ceja del Lord es suficiente para hacerle saber a la joven que esa pregunta lo ha confundido. O molestado. Y en verdad, sería algo normal. Ninguna otra criatura sobre la faz de la tierra podría confundirse por él. Una parte de ella quiere acercarse a él, llena de emoción, pero las telarañas de su sueño hacen que se lo piense dos veces. Quizás todavía esté soñando; después de todo no es algo habitual en él colarse en la habitación de la muchacha. Decide proceder con precaución.

Tentativamente, pregunta, "¿Qué está haciendo aquí, mi señor? Estamos en plena noche. ¿Ha ocurrido algo malo?"

Él ignora su pregunta, pero sus ojos se dirigen hacia ella un instante antes de desviarse de nuevo. "Rin, vístete y sal a verme después."

Un rápido vistazo hacia abajo le hace saber a la joven que el cuello de su pijama se ha deslizado hacia su hombro y está peligrosamente a punto de revelar cosas que no debería. Su mano vuela hacia allí para cubrirse bien. Nop, no es un sueño. La vergüenza que siente es definitivamente real. La añade a una larga lista de conflictos y emociones mientras se da cuenta de que sus sueños — sus buenos sueños, al menos — se han hecho realidad. Él está aquí.

Ordena sus pensamientos y asiente con la cabeza. "¡Sí, mi Lord! Deme unos minutos."

Él sale de la habitación con exagerada precipitación. Tan pronto como cierra la puerta tras él, la joven salta de la cama y se apresura a encender una vela. Una vez es capaz de ver lo que tiene a su alrededor, se cambia y se pone algo más adecuado antes de correr a por su cepillo y peinarse un poco. Ahora que por fin ha ido a verla, no quiere perderlo de vista más del tiempo estrictamente necesario, por miedo a que desaparezca de nuevo. Tiene tantas preguntas, tantos pensamientos conflictivos. Intenta avanzar con suavidad hacia la puerta, puesto que no quiere despertar a Kaede.

Cuando sale de casa él está de pie en el terreno del templo, blanco y plata, recibiendo de pleno la luz de la luna que brilla en el cielo. La mira directamente ahora mientras ella se acerca. Cuando están más cerca, extiende una garra.

"Ven."

Su respiración se corta y da un paso, dubitativa. ¿Están yendo a alguna parte? ¿Ahora? Todo lo que está sucediendo es demasiado extraño: desaparece durante meses sin decir una palabra, sólo para reaparecer en su dormitorio en mitad de la noche para llevársela a un sitio desconocido. ¿Qué puede ser tan importante que no puede esperar a la mañana?

Parece notar su desconcierto y repite, "Ven, Rin. Nos vamos."

¿Nos vamos? Las palabras rebotan en su mente, todavía medio dormida. Se van. Juntos. ¿Es eso posible? ¿Es posible que sea la invitación que ha estado esperando durante tanto tiempo? El destello de esperanza que ha estado guardando por tantos años prende una vez más y consume cualquier duda que pudiera tener. Se van. 

Al fin.

Se pregunta si necesita llevarse algo con ella. Nada haría cambiar su opinión, pero su corazón duda un poco por la situación. Quizás le habría gustado decir adiós a sus amigos. Se muerde el labio inferior al pensar en Kaede levantándose y ver que ha desaparecido. ¿Quién le iría a buscar leña? ¿Quién lavaría la ropa y recolectaría hierbas medicinales y...

Él frunce ligeramente el ceño y su mano se retira un poco. "Dudas."

"No, es sólo que..."

Los ojos del Lord se entrecierran. Por un largo instante, Rin se olvida de respirar; parece enfadado con ella. Pero cuando él parpadea el aparente enfado desaparece y mira hacia la casa tras ella. Cuando habla, su voz es plana y sin emoción. "Vuelve a la cama, olvida que he estado aquí."

Y con esas palabras se da la vuelta y comienza a alejarse en dirección a la puerta torii, mientras que ella casi es incapaz de resistir la necesidad de gritarle que se espere, pero no quiere despertar a todos los de la villa. La escena de su sueño aparece en su cabeza y comienza a correr hacia él. Cuando está cerca, no duda y le coge la manga fuertemente, llena de pánico.

"¡No!" Su susurro es áspero y desesperado. "No. Por favor, mi lord. Estoy bien. Vámonos."

Él lo reconsidera por un largo minuto y ella está convencida de que simplemente va a tirar de su manga para liberarse y desaparecer en la oscuridad. Pero para su alivio, simplemente asiente una vez y sin mediar más palabras, la coge con un brazo acercándola a su pecho como cuando lo hizo meses atrás cuando escaparon de la tormenta. Su cuerpo se tensa y salta hacia la noche.

La temperatura baja mucho a medida que se elevan, así que Rin se acurruca entre las pieles que cubren el hombro de él. A pesar de que no puede verlo, sabe que la villa está desapareciendo en la distancia tras ellos. Resiste la tentación de mirar atrás. Una parte de ella se siente culpable, pero sabe que Inuyasha y Kagome cuidarán bien de Kaede en su ausencia. Le duele un poco el corazón al pensar en ellos. A pesar de todo, debería estar agradecida de irse mientras todos duermen; las despedidas habrían sido demasiado dolorosas. No se permite a sí misma arrepentirse de nada. Esto es lo que ella siempre ha querido y ha estado esperando durante tantos años. la villa ha sido su hogar y la gente de ahí su familia, pero este es el futuro con el que siempre ha soñado desde que llegó. Este es su camino a seguir. Está segura de ello.

Una sensación de calma la invade mientras enreda sus dedos en la estola del lord y mira hacia el horizonte. La noche vela el paisaje, pero eso no quiere decir que la vista no sea bonita: frente a ellos se extiende un infinito manto de estrellas. La ligera luz de la luna creciente llega desde el sur. El paisaje es casi surrealista, pero eso no debería sorprenderla. Surrealista es lo que define sus encuentros más recientes con Sesshomaru.

Desvía los ojos del horizonte para mirarlo a él. Se inclina un poco hacia adelante. "¿A dónde vamos, mi lord?"




¡Y hasta aquí el fanfic por hoy! ¿Qué os ha parecido? ¿Creéis que todo habrá sido tan fácil? ¿A dónde la lleva Sesshomaru? ¿O en verdad todo sigue siendo un sueño?

¡Lo sabréis la próxima semana! Dejadme vuestras opiniones en los comentarios~ 




2 comentarios:

  1. Es tan hermoso!! Si es un sueño... Será mejor no despertar!
    Me encanta que Sesshoumaru no de ande con rodeos (más no puede haber hecho ya XD): "Vienes o me olvidas".
    Anda! Que dejo hasta la olla en la estufa.
    Quizás Sesshoumaru quería evitar ese rollo de sentimentalismos cuando fuera por Rin. Ya había visto cierta tensión con Kaede, y seguro se toparía con Inuyasha y la molesta Miko...
    Bueno Rin, las verdaderas oportunidades llegan a si golpe, en medio de la noche...
    XDDDD

    Sobre a donde se la llevara...
    Donde caiga, nomás que le quite las piedritas y aplane el terreno para después...
    XD
    Gracias por la traducción!
    Nos leemos el martes.

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    1. Jajajajaja, me encanta lo de "que le quite las piedritas y aplane el terreno para después"

      Pues sí, ojalá todo vaya bien entre estos dos, pero no sé yo si las cosas serán tan fáciles >_____< ¡De momento fantaseemos sobre lo que pasará! Nos leemos el martes~

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